Elecciones y Ciclos de Gobierno Abierto: Algunas Reflexiones sobre el Caso Argentino
¿Por qué es interesante reflexionar sobre el caso Argentino?
A diferencia de otros países como Uruguay o Chile, que tuvieron niveles más consistentes en la implementación de los planes de acción, el proceso de elaboración e implementación de los planes de acción de Argentina estuvo caracterizado por un proceso cíclico —alternando entre niveles de mayor y menor apertura y colaboración— atravesando coyunturas de gobierno de distinto signo político.
Si bien en la Argentina las elecciones presidenciales son en el año que viene (2019), la experiencia atravesada hasta la fecha resulta interesante para: a) repensar cómo los planes de gobierno abierto se enmarcan en un contexto de apertura institucional más amplio; b) evaluar aquellos elementos que han dotado de continuidad a los planes de acción a pesar de la alternancia partidaria; y c) determinar qué acciones y decisiones en materia de gobierno abierto es importante tomar si se quiere preservar la continuidad de los planes de acción en contextos de alternancia electoral.
La Importancia del Contexto
Argentina se incorporó a la Alianza para el Gobierno Abierto (OGP, por sus siglas en inglés) en 2012 durante el comienzo del segundo mandato de la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner (Partido Justicialista-Frente para la Victoria). El desarrollo del primer plan de acción contó con débiles niveles de colaboración entre el gobierno y las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC) —limitado a la utilización de un foro preexistente denominado “Agenda Digital”— y un primer plan de acción con 19 compromisos de los cuales el 73% eran relevantes al valor de acceso a la información. A su vez, en términos de impacto, un 36% de los compromisos tuvieron un impacto transformador o moderado (siendo sólo un 10% los compromisos que tuvieron un impacto transformador) y sólo un 36% de los compromisos fueron completados.
Los resultados esbozados guardan relación con el contexto socio-político en el que la Argentina se incorporó a la OGP: un contexto caracterizado por un ciclo de retroceso en materia de apertura estatal y de fuerte tensión entre las OSC y el gobierno por la falta de sanción de la ley de acceso a la información.
Continuidad en tiempos de cambio
El 10 de diciembre de 2015 asumió como presidente de la Argentina, Mauricio Macri (Alianza Cambiemos). En este contexto, y luego del desarrollo de un primer plan de acción con débiles niveles de colaboración entre el gobierno y las OSC, el segundo plan de acción (2015-2017) contó con un primer y gran desafío: lograr la continuidad en la implementación de un plan de acción que había sido elaborado por el gobierno anterior. Este proceso se logró en parte, a través de la decisión de reeditar el proceso de co-creación y de incorporar compromisos de medio término al segundo plan de acción que contaba con compromisos propuestos por la administración anterior.
Los compromisos de medio término permitieron “surfear la ola” y fortalecer la participación de las organizaciones que se encontraban desgastadas por el proceso anterior. Sin embargo, la experiencia dejaba en evidencia la importancia de generar una metodología de trabajo específica y un foro multi-actor, algo que ocurriría recien con el tercer plan de acción.
Reglas Claras y Foro Multi-Actor
El caso argentino deja una lección clara: para lograr continuidad entre planes de acción propuestos por distintas administraciones es necesario adelantarse a las coyunturas críticas. En el momento en que se acercan las elecciones o se concreta la alternancia, sólo es posible tomar medidas de urgencia. Incorporar compromisos de medio término, por ejemplo, fue la forma que Argentina encontró para sobrellevar la situación de estancamiento.
Sin embargo, es necesario que los países y entidades locales avancen en otra dirección para convertir las políticas de gobierno abierto en políticas de apertura del Estado. En ese camino, formalizar las reglas y mecanismos que regulan los foros multi-actor es un gran paso para garantizar la representatividad y la continuidad. Para terminar, algunas recomendaciones para avanzar en la formalización y el fortalecimiento de los foros multi-actor:
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Respetar la distribución equitativa de sus representantes (sobre todo entre gobierno y OSC)
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Elaborar reglamentos en donde se especifiquen las responsabilidades del gobierno, las responsabilidades de la sociedad civil (consulta, monitoreo, difusión) y el modo de toma de decisiones (voz y voto)
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Establecer procesos claros de selección y alternancia de los representantes (requisitos, períodos)
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Preservar cierto grado de flexibilidad para una participación ampliada de OSCs y distintas áreas de gobierno