La Transición a las Energías Renovables y el Fin a la Pobreza Energética Dependen de Reformas de Gobierno Abierto
La implementación exitosa del Acuerdo de París depende de un cambio de paradigma en cuanto a la producción de energía. Los combustibles fósiles de los que depende la energía del mundo producen más de la tercera parte de las emisiones de gases de efecto invernadero. Muchos países ya se han comprometido a reducir sus emisiones y a terminar con la pobreza energética a través de la integración de energías renovables.
Sin embargo, la transición hacia las energías bajas en carbono requerirá del apoyo de la comunidad de gobierno abierto. Aunque los avances científicos y tecnológicos han hecho de las energías limpias una posibilidad real, los países no podrán alcanzar sus objetivos sin transparencia, acceso a datos abiertos y participación pública en los procesos de toma de decisiones del sector energético.
La transición hacia las energías renovables
Las nuevas tecnologías sostenibles están emergiendo rápidamente como competencia a las fuentes tradicionales de electricidad (combustibles fósiles, energía hidroeléctrica y nuclear) que han dominado el mercado. Sin embargo, muchos gobiernos solamente han logrado avances graduales hacia las energías limpias, afirmando que existen obstáculos técnicos y económicos. Aunque es cierto que estos retos existen, las políticas de respuesta a estos problemas están muy relacionadas con el contexto político y económico. Es probable que los obstáculos más difíciles de superar sean los acuerdos que existen entre los funcionarios de gobierno, autoridades de servicios y los dueños de los combustibles fósiles. La intensidad de capital del sector energético se presta para la búsqueda de rentas y el clientelismo.
Incrementar la transparencia en los procesos de planeación energéticos y ofrecer acceso a los datos, supuestos y modelos que los planeadores utilizan permitirá un mejor análisis de las opciones y una mejor rendición de cuentas. En Sudáfrica, el Ministerio de Energía desarrolló procedimientos claros de planeación y procuración, incluyendo un portal en línea y procesos de consulta pública, que llevaron a una mayor participación de la energía solar y eólica en el Plan Integral de Recursos de Sudáfrica y a un programa exitoso de subastas de energías renovables. Más recientemente, la claridad de dichos procedimientos permitió a las organizaciones de la sociedad civil cuestionar con éxito un programa de energía nuclear muy costoso que el parlamento no había aprobado.
Por otro lado, en Nicaragua el acceso a los datos sobre el uso programado de los Climate Investment Funds (CIF) por parte de las organizaciones de la sociedad civil les permitió asegurar que el financiamiento acordado se hiciera disponible para apoyar soluciones de energía limpia para zonas rurales. El plan original de inversión presentado por el Gobierno de Nicaragua asignaba partes iguales a dos componentes: desarrollo de energía geotermal y sistemas descentralizados de energías limpias para comunidades rurales. Durante la fase de implementación, el mecanismo de supervisión del CIF permitió a la sociedad civil nicaragüense monitorear los gastos del gobierno. En el momento en que los funcionarios propusieron transferir 4.5 millones de dólares del programa descentralizado al programa de desarrollo de energía geotermal, la sociedad civil alzó la voz y los donantes del CIF escucharon. Como resultado de este escrutinio, la asignación de recursos que se había acordado originalmente permaneció intacta.
Acceso sostenible a la energía
Al tiempo que los países enfrentan el enorme reto de la transición hacia las energías renovables, muchos de ellos también están lidiando con la pobreza energética. Aproximadamente 1300 millones de personas no tienen acceso a electricidad y muchos millones más tienen acceso poco confiable, lo que debilita su crecimiento y desarrollo.
Las empresas que ofrecen energías limpias, las nuevas tecnologías y los sistemas descentralizados tienen el potencial de llegar a las poblaciones rurales que carecen de energía en todo el mundo. Sin embargo, las empresas públicas de servicios no han reconocido el papel que estas empresas pueden tener para aumentar la seguridad energética y los consideran su competencia, no sus socios. El acceso a los planes de electrificación podría ayudar a comprender que papel de los sistemas domésticos solares y de las mini-redes tienen para luchar contra la pobreza energética y permitir que los diversos proveedores generen sinergias. La planeación transparente y participativa de los gobiernos acerca de los sitios y velocidad para extender las redes podría permitir a las empresas elegir los sitios en donde podrían operar.
Aunque los principios de los datos abiertos y la transparencia se han establecido en muchos países, en otros aún están ausentes o existen solamente en papel. La información normalmente es pública pero de difícil acceso. La comunidad de gobierno abierto podrá evaluar la planeación del sector energético, los precios y procedimientos de selección de sitios para identificar los vacíos en la gobernanza y desarrollar planes de acción para abordarlos. Los primeros pasos incluirían identificar a las instituciones responsables de legislar, planear y regular los servicios de energía y evaluar su mandato y capacidad de publicar información, es decir la oferta del gobierno. Será de igual importancia analizar la demanda del gobierno: la capacidad de la sociedad civil de tener acceder y utilizar los datos para promover la rendición de cuentas.