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Los gobiernos deben comprometerse a ser transparentes con relación a la propiedad de las empresas en los planes de acción

Rosie Sharpe|

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Una empresa soborna a un funcionario público para obtener un contrato lucrativo. El gobierno le ofrece un contrato importante a una empresa que cobra un precio excesivo. Un cártel de narcotraficantes lava dinero. Un banco suizo ayuda a sus clientes a esconder su dinero de los recaudadores de impuestos.

¿Qué tienen estos casos en común? Todos se ayudaron de la clandestinidad que ofrecen las empresas de propiedad anónima. En lugar de abrir una cuenta bancaria a su nombre, quien recibe el soborno, quien evade los impuestos y el estafador se incorporan a una empresa en una jurisdicción en donde los detalles de propiedad se ocultan y después esconden el dinero en una cuenta que pertenece a esa empresa.

Actualmente hay una tendencia internacional que está dificultando a los criminales esconder su dinero turbio de esta manera. El Reino Unido aprobó una ley que solicitará los nombres de las personas que son dueñas y que controlan las empresas británicas, los llamados beneficiarios reales, de manera que sean visibles para todos. Este cambio fue sugerido por primera vez por el Primer Ministro David Cameron en la Cumbre de Open Government Partnership en Londres en 2013. Noruega y Ucrania están haciendo lo mismo. La Unión Europea está solicitando que todos los Estados Miembros creen un registro central de beneficiarios reales y que esta información esté disponible para todos aquellos que demuestren un interés legítimo en saber quién está detrás de una empresa.

Estados Unidos está rezagado con respecto a muchos otros países en el tema de transparencia en la propiedad de las empresas. En la mayoría de los estados no se requieren los nombres de los dueños de las acciones de las empresas y mucho menos se publican sus nombres y los de los beneficiarios reales, a pesar de que un estudio realizado por el Banco Mundial demostró que Estados Unidos es el país más popular para constituir sociedades con gente corrupta. Una investigación encubierta realizada por Global Witness, difundida recientemente en las noticias de Estados Unidos en el programa “60 minutes” demostró la frecuencia con la que los abogados de este país sugieren utilizar empresas estadounidenses de propiedad anónima como un medio para introducir fondos cuestionables al país.

A pesar de esto, hay esperanza de lograr avances. Por ejemplo, la Administración de Estados Unidos prometió a través de su plan de acción OGP promover una legislación a través de la cual se regule y requiera la difusión de la propiedad de las empresas.

Los gobiernos deben comprometerse a crear registros de acceso público a los beneficiarios reales en su planes de acción.

Además, los gobiernos deben abordar la transparencia en la propiedad de las empresas en los sectores con mayor riesgo de corrupción, tal como las adquisiciones públicas. Los gobiernos de todo el mundo gastan $9.5 billones de dólares cada año en obras, bienes y servicios públicos. De acuerdo con una investigación de las Naciones Unidas, la corrupción puede llegar a representar hasta un 25% de este monto. Los gobiernos deben solicitar a las empresas que participen en las licitaciones publicar el nombre real de las personas dueñas de las empresas o quienes las controlan.

Las empresas privadas tienen una razón de ser: limitar el riesgo en caso de que una idea no funcione. Éste es un principio sólido que permite a los negocios desarrollarse. Lo que nunca debieron ser las empresas es una máscara para esconder la identidad de las personas que tienen negocios ilegítimos.

Incrementar la transparencia en la propiedad de las empresas traerá beneficios a las empresas. Team B, un grupo de empresarios fundado por Richard Branson (Fundador y CEO de Virgin Group) y John Zeitz (ex presidente y CEO de Puma) argumentan que ser más transparentes acerca de la propiedad de las empresas ayuda a incrementar la competitividad, reducir los riesgos, gestionar la exposición financiera y reducir la impunidad. Mark Moody-Stuart, ex presidente de Royal Dutch Shell y Anglo American comentó: “Las empresas mismas reconocen que esta estrategia es sentido común, pues tendrán mayor acceso a información acerca de los socios con quienes están haciendo negocios y qué riesgos están tomando.”

La propiedad de las empresas debe ser de acceso público. David Cameron comentó “cuando tienes empresas cuya propiedad no es conocida, te permite cubrirte en el anonimato, detrás del que la gente puede hacer cosas malas, cosas terribles, sin rendir cuentas. Los corruptos, los criminales y quienes lavan dinero necesitan estructuras anónimas para esconderse, para moverse y para tener acceso a su dinero.”

 

Los nombres de las personas que son dueñas y controlan las empresas deben ser publicados. Así se contribuirá a reducir la probabilidad de que los gobiernos sean estafados, que las autoridades fiscales tengan pérdidas y que los criminales logren sus objetivos.

 

Open Government Partnership