OGP en 2016
A lo largo de 2016, OGP planteó una visión para una democracia más sólida y participativa en la que los ciudadanos son el centro de la gobernanza. Éste fue el mensaje central de los dos eventos más importantes del año pasado: la cuarta Cumbre Global de OGP que se llevó a cabo en París en diciembre y el quinto aniversario de la alianza en la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas que se llevó a cabo en septiembre. En ambos eventos, diversos jefes de Estado y líderes de la sociedad civil hicieron un llamado para colocar a OGP a la vanguardia de la lucha contra las problemáticas actuales (incluyendo la falta de confianza en el gobierno, captura por la elite, corrupción de gran escala y las amenazas al espacio cívico) que son la causa de raíz de muchos de los retos de gobernanza que enfrenta el mundo.
Con ello en mente, OGP decidió llevar a cabo una actualización estratégica para explorar cómo podríamos ampliar el impacto de la alianza. El objetivo final de OGP es sencillo pero de gran alcance: que los gobiernos realmente sirvan y empoderen a sus ciudadanos. La actual estrategia a cuatro años menciona: “la visión de OGP es que más gobiernos se tornen más transparentes, más responsables y receptivos con sus ciudadanos con el objetivo de mejorar la calidad de la gobernanza y de los servicios que los ciudadanos reciben.” Así, en los próximos cinco años, el éxito de OGP no se medirá solamente en función de la cantidad de países y de compromisos, sino en la medida en la que contribuya a aumentar la transparencia, participación, responsabilidad y receptividad de los gobiernos, lo cual resultará en beneficios para la ciudadanía. Para ello, es necesario enfocarnos en apoyar los esfuerzos de reformas que surgen tanto de los gobiernos como de la sociedad civil de los países miembros de OGP y así construir un movimiento nacional y global para el gobierno abierto y, en última instancia, exigir reformas sobre los temas prioritarios.
Además, OGP pasó por un proceso intenso de reflexión y aprendizaje en 2016, el cual culminó en una evaluación independiente. Los resultados de la evaluación demuestran que el proceso nacional de OGP ha ayudado a muchos países a establecer mecanismos institucionales para dar continuidad y legitimidad a las reformas de gobierno abierto. Asimismo, el proceso ha ayudado a acelerar el diálogo y cocreación entre los reformadores y ha operado como una plataforma para impulsar reformas que ya han empezado a cambiar el statu quo y beneficiar a los ciudadanos. El informe anual describe muchos de estos logros y resume el alcance del trabajo que han hecho los diferentes miembros de esta increíble alianza.
Sin embargo, sabemos que OGP tiene el potencial de lograr un impacto mucho mayor. Los procesos de cocreación deben tener resultados significativos, los planes de acción deben tener un nivel mayor de ambición y OGP debe tomar decisiones más inteligentes en cuanto a la política que hay alrededor de las reformas más complejas. Como lo demuestra el informe, OGP no debe empezar desde cero. La experiencia, adaptabilidad y compromiso de la alianza son más fuertes que nunca y estos elementos son la base que los países necesitan para implementar reformas de gobierno abierto transformadoras, asegurar la implementación y mejorar la vida de los ciudadanos.
Hay cientos de reformas y logros de gobierno abierto que no pudimos incluir en el informe, pero esperamos poderlo hacerlo en otras publicaciones que elaboraremos en 2017. Agradecemos a todos aquellos que apoyaron el trabajo de OGP en 2016. Esperamos seguir trabajando con nuestros socios de todo el mundo e impulsar un movimiento global de apertura y fortalecimiento de la democracia como una fuerza en contra del cierre de los gobiernos y sus manifestaciones, incluyendo el cierre del espacio cívico, la corrupción y la falta de confianza en los gobiernos.